El debate sobre la mujer ejercido en la Edad Media por Isabel de Villena y el misógino de Jaume Roig trastocó todos los cánones eclesiásticos al respecto.
Los médicos siempre han jugado un papel importante a la hora de fijar los cánones de lo normal en la sociedad. De hecho, hasta prácticamente el siglo XX, los médicos tenían la consideración de filósofos. Marcaban las pautas sociales desde un nivel biológico, que, aunque limitado al conocimiento de la época, se dedicaban a moralizar a la población.
En concreto, hoy trataremos un caso que podría ser considerado dentro de los estudio de género. ¿A qué se debe? Pues bien, nos retrotraemos al eterno debate que muchas mujeres tuvieron que librar para defenderse ante el saber popular y los tópicos sobre ellas.
Origen de la misoginia cristiana
El pensamiento de la inferioridad de la mujer frente al hombre era el más extendido. La idea de la desigualdad de sexos está muy asentada en nuestra sociedad, aunque cada vez empezamos a superarlo (poco a poco).
Podemos distinguir 3 modalidades que conforman la misoginia en la cultura popular en Occidente:
En primer lugar, la Biblia y la Patrística cristiana. Si bien es cierto que la mayoría de normas que da la Biblia se encuentran en el Deuteronomio, libro que comparte el cristianismo con el judaismo, quizás la parte que más peso tiene sea la Patrística.
Para quienes no conozcan qué es la Patrística, lo resumo brevemente. Se trata del estudio e interpretación de los textos cristianos legados por los llamados padres de la Iglesia. Muchas veces, estos documentos y obras no se fundamentan en textos bíblicos sino en sus propias valoraciones. Estos textos suelen datar entre el siglo I y el siglo VIII d.C.
La moral eclesiástica se elabora desde la perspectiva del celibato eclesiástico, lo que significa renunciar al sexo y a formar una familia, lo cual es un ideal de vida diferente. La inmensa mayoría de los autores de moral religiosa son hombres eclesiásticos, hombres célibes, pues para ellos la mujer es la tentación y el pecado. En la tradición clásica moderna aparecen identificadas con la lujuria porque están más identificadas con la carne.
En segundo lugar, el aristotelismo y la teoría humoral de Galeno. En el siglo XIII, el aristotelismo se establece como un saber oficial incorporando una idea de clara inferioridad de las mujeres. Cuando ese saber se hace efectivo en las Universidades, empieza a verse una discrepancia en distintos órdenes. En el ámbito científico, se sostiene una polémica del papel de las mujeres en el acto de la reproducción, en la que la visión aristotélico-galena entendía que las mujeres aportaban la materia (pasividad) y los hombres la forma (activo).
Para entender cómo encaja la teoría galénica en todo esto, resulta preciso explicarla. Esta teoría se fundamenta en la existencia de 4 humores que rigen el cuerpo humano: la bilis negra, la bilis amarilla, la flema y la sangre. Estos 4 humores deben de estar en equilibrio para que el cuerpo funcione en perfecta armonía. Demasiado de uno o muy poco de otro podría resultar en una enfermedad para el cuerpo.
En los hombres, predomina el calor y la sequedad (mayor vigor físico y mayor capacidad mental) mientras que, en las mujeres, predomina el frio y la humedad (menor fuerza y mayor debilidad). La interpretación general sería un organismo masculino que funciona mejor (la menstruación suele ser visto como un signo de «defecto» femenino, al tener exceso de líquidos) y, teniendo en cuenta el pensamiento aristotélico, la mujer sería un hombre a medio hacer. También existen los puntos intermedios entre los dos sexos: en medio tendríamos la figura del hermafrodita y entre el hermafrodita y los otros sexos tenemos el hombre afeminado y la mujer hombruna.
Por último, tendríamos el refranero y proverbios generales. Estos de algún modo son los que mayor permeación tienen entre las clases más bajas, puesto que se propagan mediante la oralidad. Sería aquí donde entraría la repercusión en este asunto de Jaume Roig.
Jaume Roig: el médico misógino
Jaume Roig, nacido en fecha incierta a comienzos del siglo XV (muere en Benimámet en 1478), desempeñó la labor de médico, aunque también fue uno de los escritores más famosos del Siglo de Oro de las letras valencianas.
Si ha resultado tan polémico este autor es por su más que conocida obra literaria: Espill (El espejo). Esta novela también se conoce bajo el nombre de El llibre de les dones (o Libro de las mujeres). Su título es ya toda una declaración de intenciones hacia el público objetivo de su crítica.
Si su libro es un «espejo» se debe a dos motivaciones: o bien, quiere reflejar cómo son, bajo su criterio, las mujeres; o bien, la referencia al espejo quiere dar a entender lo vanidosas que son las mujeres, que siempre se miran en ellos. Quizás sea una mezcla de ambas.
Básicamente, para Jaume Roig, las mujeres son perversas, y con su libro pretendía advertir a los hombres sobre ellas. Promueve una de las primeras descripciones de la mujer como femme fatale, que lleva al hombre (inocente) a su perdición. Esto, además, era una réplica a la corriente de la novela caballeresca que idealizaba sobremanera a la mujer.
No debemos de olvidar que se trata de una novela. Como tal, tiene un narrador, que en este caso no se corresponde con el autor, aunque parece ser que hable a través de él. El libro de Espill está planteado como una serie de historietas que le cuenta a su sobrino ficticio, Baltasar Bou.
En pocas palabras (y resumiéndolo mucho), Jaume Roig debió de tener malas experiencias durante su infancia, ya que nos cuenta de manera peyorativa cosas sobre su madre y su vida de soltero. Para él, solo se salvarían de la hoguera su mujer, Isabel Pellicer, y la Virgen María. Y es que, ¿Quién puede competir en santidad con la Virgen María? Pone el listón muy elevado, pero estos son arquetipos bíblicos medievales que eran bastante comunes en la época.
Para el catolicismo, dos mujeres santas debían servir de ejemplo: Eva, como madre de la humanidad, y la Virgen María. Está claro que el asunto era impulsar lo sagrado de la maternidad como método para que se mantuviera el statu quo. Además, Eva también era utilizada para representar lo que no se debía hacer: desobedecer a Dios. Era como la Pandora griega pero para el imaginario cristiano.
Por otro lado, no podemos desmerecer toda una obra porque fuese misógina en la Edad Media, del mismo modo que sería inútil llamar a Aristóteles machista aunque nos lo parezca actualmente. Este pensamiento de Jaume Roig se encontraba bastante arraigado a la sociedad, y algunos tópicos, como el de que las mujeres vuelven agrio el vino durante su período, siguieron perdurando más de lo que nos gustaría admitir.
Dicho esto, en Espill, Jaume Roig también nos proporciona una gran descripción de los estratos sociales de su época: los burgueses y los caballeros detentadores del poder político y, por tanto, clase dominante. Después, la gran masa sometida: esclavos, alemanes, sarracenos, negros, como lo más bajo posible en la gran urbe. Y también la clase trabajadora: escuderos, cocineros, camareros (no confundir con camareros, sino con cambrers, que eran secretarios o ayudantes del rey o senyor feudal), labradores y judíos. Roig ataca a los clérigos, toma partida por los burgueses y menosprecia a los caballeros. Y no es de extrañar, ya que él ejercía un oficio liberal y era un burgués.
Isabel de Villena: donde las dan las toman
Sor Isabel nace fruto de los amoríos del marqués Enrique de Villena y Vega con una mujer la cual no conocemos el nombre. Nace en 1430 y tendrá una larga vida hasta que fallece en 1490. La importancia que tiene esta escritora reside en el hecho de ser la primera autora conocida en lengua valenciana.
A la edad de 15 años ingresó por propia voluntad en el convento de la Santísima Trinidad de las Clarisas de Valencia. Un detalle curioso es que antes de su ingreso era conocida como Leonor, pero decidió cambiarse el nombre a Isabel (o Isabel Manuel, como se la nombra a veces). Desde entonces, siguió una vida monástica como monja clarisa hasta que, en 1463, consiguió el rango de abadesa.
Su obra culmen, o más bien, la única obra que se conserva de ella fue Vita Christi (Vida de Cristo), puesto que fue publicada póstumamente (en 1497) por su sucesora sor Adolça de Monstsoriu. No se ha conservado nada más, pero se conoce que escribió múltiples tratados y una obra mística, Speculum Animae (Espejo del Alma).
Su Vita Christi resulta tan interesante en este contexto porque se piensa que fue una mordaz crítica a Espill de Jaume Roig. Cuentan que, en el momento en el que sor Isabel de Villena escribió su Vita Christi, Jaume Roig ejercía de médico en aquel convento y de ese modo llegaría a saber de su novela.
En esta obra literaria, sor Isabel de Villena se centra en figuras femeninas que tienen gran influencia en la vida de Jesucristo: Santa Ana, la virgen María y María Magdalena. Las presenta como mujeres de carne y hueso, como madres, abuelas, etc., pero se centra en la parte humana y sus emociones. Muchos la conocen como un ejemplo del proto-feminismo medieval.
Para luchar contra los tópicos misóginos de su época, Isabel de Villena no solo utilizó los textos canónicos, sino que además pudo apoyarse en libros apócrifos e, incluso, en tradiciones procedentes de los evangelios gnósticos. Lo que empezó siendo un libro de doctrina acabó convirtiéndose en una de las piezas clave de la literatura valenciana y universal del siglo XV.
¿Por qué son tan relevantes?
El eterno debate entre los tópicos sobre las mujeres y demostrar que son, simplemente, personas puede parece irrelevante a día de hoy. Sin embargo, de vez en cuando todavía seguimos escuchando ciertos comentarios capacitistas hacia las mujeres. Por eso, no debemos olvidar el largo recorrido que hemos andado como especie hasta el momento en el que vivimos.
Recordar el «beef» histórico entre sor Isabel de Villena y Jaume Roig no es un asunto irrelevante como podría parecer. A día de hoy, se siguen haciendo homenajes a Isabel de Villena en varios ámbitos: en 2007, el Ministerio de Fomento le puso su nombre a un avión que iba a ser operado por la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima; existe también el conocido IES Isabel de Villena cerca de la Playa de la Malvarrosa de Valencia; hay una calle con su nombre en el barrio del Cabanyal y una biblioteca en Torrefiel que se llama Isabel de Villena con una gran archivo.
Por otro lado, puede que Jaume Roig sea menos conocido por el público general. Y más si eres de fuera de la Comunidad Valenciana o no estás familiarizado con este ámbito cultural y lingüístico. Pero, Raimon puso música al fragmento del Espill que explica cómo unas taberneras de París daban a sus clientes carne humana como alimento. El motivo folclórico es la trama argumental del musical Sweeney Todd, de Stephen Sondheim (1979). ¿Cómo os habéis quedado?
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¡Un saludo, clionautas!
Bibliografía
- Jaume Roig i el seu Espill (consultado el 30/05/2020 a las 13:30)
- Carré, Antònia (2001). «L’Espill de Jaume Roig: bibliografia comentada», en Boletín Bibliográfico de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, fascicle 15: 383–414.
- Vita Christi, vida e mort del nostre Redemptor Jesus (consultado el 30/05/2020 a las 15:45)