El problema de los universales (también llamada querella de los universales) tuvo una gran relevancia en la Filosofía medieval. Aunque realmente el problema ya fue tratado en la Filosofía antigua, sería introducido en el debate medieval por Porfirio, con su obra Isagoge (Vieira, 2023).
Imagina dos botellas que son de colores distintos y tienen distinta forma, ¿Cómo podemos referirnos a ambas como «botella» si no son idénticas? Este hecho parece indicarnos que hay un concepto de «botella» que es universal y que engloba a todas las botellas particulares. Pues bien, la cuestión es cómo formamos estos conceptos universales y si tienen existencia real o no. Es decir, ¿Cómo formamos el concepto de «botella» o el concepto de «silla»? ¿tienen existencia real fuera de nosotros o son una creación de nuestra mente? Se trata, entonces, de un problema ontológico, pero también lingüístico.
Platón y Aristóteles: los orígenes
En Platón nos encontramos con un dualismo ontológico, esto es, existen dos niveles de realidad: el mundo inteligible, al que se accede mediante la razón; y el mundo sensible, al que podemos acceder mediante los sentidos. En el mundo inteligible se encontraban las ideas, que eran las esencias de las cosas. No hemos de confundir el concepto actual de idea, que no tiene nada de real, con el de Platón, que «se refiere a los contenidos objetivos de nuestros conceptos universales, a sus referencias a la realidad» (Copleston, 1994, p. 176).
Un ejemplo de esto sería la idea (eidos) de «botella», pero también la idea de «justicia» o la de «belleza». Estas ideas son perfectas, eternas, inmateriales, incorruptibles, invisibles e inmutables. Por otra parte, en el mundo sensible encontramos copias imperfectas de esas ideas. Las cosas en el mundo sensible son todo lo contrario a las ideas: imperfectas, mutables, visibles, materiales, corruptibles y temporales. Es decir, en el mundo sensible no encontramos la belleza en sí, sino copias imperfectas de la idea de belleza. Por tanto, la idea de belleza siempre va a ser más real que algo que pueda parecernos bello en el mundo sensible. Del mismo modo, las botellas que vemos en el mundo sensible son copias imperfectas de la idea de botella. Así, la idea de botella es más real que las botellas del mundo sensible. De todo esto se deriva que existen conceptos universales que tienen existencia real y objetiva fuera de nosotros.
Aristóteles, por su parte, defiende el hilemorfismo, es decir, las sustancias tienen materia y forma. Una botella está hecha de algo, por ejemplo, plástico o cristal, y tiene una determinada forma que la caracteriza. Aunque no todas las botellas son idénticas, sí que tienen una forma similar, lo que permite que las llamemos «botella». Esto significa que la existencia del concepto «botella» no se encuentra en el mundo inteligible, como ocurría en Platón, sino que está en las cosas mismas. En otras palabras, los universales no tienen existencia real e independiente, pero sí que tienen existencia formal. No hay una idea de botella en otro mundo u otro nivel de realidad, sino que el universal «botella» está contenido en la forma de la botella.
El realismo exagerado y moderado
En la Filosofía medieval, el problema se plantea en términos teológicos: ¿son los universales creados por Dios o son independientes de él? ¿podrían los universales haber sido diferentes si Dios hubiera querido? ¿cuál es el papel de los universales en la creación divina?
Las posturas de Platón y Aristóteles tendrán un enorme peso en el problema de los universales, pues conformarán dos tipos de realismo: exagerado y moderado. Aquellos que, como Platón, pensaban que los universales tienen una existencia independiente más allá de los particulares, serán realistas exagerados. Entre los realistas exagerados podemos encontrar a Agustín de Hipona o la escuela de Chartres.
Por otra parte, los que eran más próximos a Aristóteles y defendían que los universales existían, pero en la forma de los particulares y no con una existencia independiente, eran realistas moderados. Esta es la postura que adoptaría Tomás de Aquino. Los universales, para Santo Tomás, existen de tres modos: ante rem, es decir, antes de las cosas, como ideas en la mente divina; in re, esto es, en las cosas; y post rem, derivados de las cosas, como conceptos en la mente humana. Así, los universales existen, pero no de forma separada e independiente de las cosas.
El nominalismo
En el siglo XIV, surge el nominalismo como contraposición al realismo. Su mayor representante es Guillermo de Ockham, aunque otros, como Roscelino de Compiègne, también adoptaron esta postura. Los nominalistas niegan la existencia de los universales. Hasta ahora el debate era si los universales tenían existencia independiente o no, pero todos coincidían en que existían. En cambio, el nominalismo defiende que los universales no son más que los nombres de las cosas, son flatus vocis (palabras vanas, sin contenido). No existen, por tanto, ni en las cosas ni fuera de ellas. Vemos un recipiente con el cuello estrecho que sirve para contener líquidos (Real Academia Española, s.f., definición 1) y decidimos, arbitrariamente, llamarlo «botella». Después, vemos un recipiente similar y, por su semejanza, también lo llamamos «botella». Se trata de una convención, la cual nos sirve para agrupar cosas similares, pero lo único que tienen en común una botella y otra es el nombre que le damos. No hay una idea perfecta de botella de las cual las botellas sensibles sean copia, ni tampoco el universal «botella» está contenido en su forma.
Guillermo de Ockham hace uso del famoso principio de economía, también conocido como navaja de Ockham, según el cual no deben multiplicarse las entidades sin necesidad. Si tenemos dos explicaciones de un mismo fenómeno y ambas tienen el mismo poder explicativo, hemos de quedarnos con la más simple, pues explica lo mismo, pero apelando a menos entidades. Así, no debemos postular la existencia de los universales si no hay necesidad de ello. Si defendemos que los universales no existen, sino que sólo son los nombres que le damos a las cosas, estaremos explicando lo mismo que explican los universales, pero de forma más simple, esto es, sin multiplicar las entidades.
El conceptualismo
Se trata de una alternativa al realismo y al nominalismo. Su mayor representante es Pedro Abelardo. Según esta postura, los universales existen en la mente humana como conceptos. Es decir, no tienen una existencia independiente fuera de nuestra mente como afirman los realistas, pero tampoco son únicamente palabras como defendían los nominalistas. Los universales existen como conceptos mentales que nos permiten clasificar y comprender la realidad. Esto es, al observar que dos botellas comparten ciertas características se forma, en nuestra mente, tras un proceso de abstracción, el concepto «botella».
¿Está resuelto el problema de los universales?
Este dilema filosófico con base ontológica-lingüística y gran popularidad en la Edad Media queda lejos de estar resuelto. Por un lado, el obispo George Berkeley entre los siglos XVII y XVIII siguió los pasos de Guillermo de Ockham y abrazó la postura nominalista. Por otro lado, en el siglo XIX, el filósofo y economista británico John Stuart Mill continuará afirmando la importancia del nominalismo para resolver el problema de los universales, pues para Stuart Mill no existen conceptos universales. A día de hoy varias de las posturas expuestas en este artículo siguen vigentes y se siguen estudiando, aunque ha perdido su relevancia dentro de las investigaciones filosóficas.
Por último, si deseas leer más artículos sobre problemas filosóficos, os recomendamos leer El dilema del tranvía.
Bibliografía
- Aristóteles. (2014). Metafísica. Gredos.
- Beuchot, M. (2010). El problema de los universales. Universidad Autónoma del Estado de México.
- Copleston, F. (1994). Historia de la filosofía: Grecia y Roma. Ariel.
- Porfirio. (2003). Isagoge. Anthropos Editorial.
- Real Academia Española. (s.f.). Cultura. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 30 de agosto de 2023, de https://dle.rae.es/botella?m=form
- Vieira, S. (2023, mayo 15). Problema de los universales. Filosofia do Início. Recuperado de https://filosofiadoinicio.com/es/problema-de-los-universales/.