Vida y reinado de Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387) es a la vez una biografía y la explicación de un reinado. Un reinado —ha de decirse— clave en la historia de la Corona de Aragón tanto por su larga duración —más de cincuenta años— como por los acontecimientos que en él tuvieron lugar. Se trata de un período marcado por el ascenso de un autoritarismo regio contrapuesto a los estamentos regnícolas, a los cuales más de una vez hubo de enfrentarse; por guerras endógenas y exteriores continuas que supusieron una gran sangría económica para la monarquía y, al mismo tiempo, inauguraron la etapa de esplendor del sistema pactista; por la aparición de nuevas instituciones en los reinos —las diputaciones del general— que arrebataron ciertas atribuciones al monarca cuando este más necesitaba apoyo financiero en el contexto de la Guerra de los Dos Pedros; y, no menos importante, por una serie de cambios socioeconómicos, culturales, intelectuales y religiosos que atraviesan los postreros siglos de la Baja Edad Media. Al mismo tiempo, mientras transcurren todos estos cambios a nivel institucional, socioeconómico, político y militar, hay detrás un monarca con una trayectoria vital propia que es hijo, hijastro, marido, hermano, hermanastro y padre. Una persona, en definitiva, que vive bajo la corona que ostenta. Todo esto contiene el libro que reseñamos a continuación.
Ficha técnica
- Título: Vida y reinado de Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387)
- Autor: Ernest Belenguer Cebrià
- Ciudad: Lérida
- Editorial: Milenio
- Año: 2015
- Número de páginas: 384
- Idioma: castellano
- Encuadernación: tapa blanda
- ISBN: 978-84-9743-705-9
Sobre el autor
Ernest Belenguer, nacido a Valencia y profesor actualmente en la Universidad de Barcelona, ha dedicado más de cuatro décadas de su vida a la investigación. A caballo entre el medievalismo y la modernidad, el historiador valenciano pone al día aquí el estado general de la cuestión sobre la monarquía y el reinado del rey Ceremonioso sintetizando todos los trabajos que durante décadas han sido escritos, bien sobre algún aspecto de la vida del rey, bien de asuntos que ocurren bajo su reinado. Así, el autor de libros
similares dedicados a Fernando II el Católico —Fernando el Católico: un monarca decisivo en las encrucijadas de su época (1999)— y Jaime I el Conquistador —Jaime I y su reinado (2007)— se propone ahora actualizar en una obra extensa y al mismo tiempo sintética la profusa bibliografía producida en torno a la figura, tiempo y vida de Pedro IV.
Reseña de la obra
El libro está compuesto por seis capítulos, la introducción y una serie de apéndices. La introducción presenta los objetivos del autor, ya comentados con anterioridad, y las razones que le han llevado a hacer este trabajo. Asimismo, también acerca al lector al mundo en que nace el rey Pedro IV el año 1319, esto es, las circunstancias que atraviesa la Corona de Aragón y sus monarcas —Jaime II y Alfonso IV— entre fines del Doscientos y comienzos del siglo XIV, sobre todo en el plano político internacional. En unas pocas páginas, pues, narra los más importantes hechos que, además, tendrán en el reinado de nuestro monarca una importancia muy grande. Valga como ejemplo, entre todos los hechos que explica el profesor Belenguer, la conquista de la isla de Cerdeña de 1323 y las circunstancias militares de la anexión de, primero, la totalidad del reino de Murcia en 1296 y, después, la conservación definitiva, si bien con variaciones minúsculas, de la parte oriental desde Guardamar y Villena hasta la frontera original valenciana de Biar y Busot.
El primer capítulo del libro se centra en los primeros años de vida del todavía infante Pedro. Se inicia el recorrido vital del personaje con sus peripecias en la infancia, fundamentalmente radicado en Zaragoza junto con sus hermanas, y la adolescencia, soportando los ataques de su madrastra Leonor mientras comenzaba su formación intelectual y su aprendizaje en los asuntos de gobierno. Es una narración, por otro lado, mezclada con los principales acontecimientos políticos que afectaron a la monarquía, como el inicio de la ocupación del territorio sardo bajo Jaime II, así como los problemas originados del enajenamiento del patrimonio real que el Benigno hizo en favor de su segunda esposa, la ya mencionada Leonor de Castilla, que tantos quebraderos de cabeza daría en el futuro a Pedro IV. La segunda parte de este apartado entra ya en los primeros años de reinado del Ceremonioso, a caballo entre la paz tamizada por los enfrentamientos políticos internos con la reina viuda y sus hermanastros, y la guerra abierta con Mallorca que culminó en la definitiva incorporación de las islas y los condados pirenaicos de Jaime III a la Corona de Aragón.
Después de la relativa calma que sucedió a la anexión de Mallorca, ya entrando en el siguiente capítulo encontramos la reactivación de los conflictos internos ahora manifestados a través de sendas rebeliones en Aragón y Valencia. Ambas uniones, alzamientos contra el autoritarismo regio y los intentos del monarca de nombrar heredera a su hija Constanza, son tratadas de forma pormenorizada por el autor, analizando sus porqués y diferencias. Por otra parte, el capítulo trata otros dos escenarios que, en cierta manera, confluyen con el de las guerras unionistas: el primero es el de la peste, llegada en 1348 a la Península Ibérica, y su implantación en Aragón, Valencia y Cataluña; el otro, la situación en el Mediterráneo, las necesidades de Sicilia, las sempiternas revueltas sardas y el final definitivo de la resistencia mallorquina en Lluchmayor.
Con poco margen entre uno y otros conflictos, el siguiente capítulo narra los dos grandes acontecimientos militares que siguieron a las victorias sobre las uniones rebeldes. En primer lugar, la rebelión de Mariano IV de Arborea, el juez sardo, que obligó a viajar a la isla al propio rey para poner orden en 1354-1355. Y, en segundo lugar, el comienzo de la guerra contra Pedro el Cruel de Castilla, nada más volver de la isla, que ocuparía los siguientes diez años de reinado con intensidad variable y en diversos escenarios, alternándose los enfrentamientos bélicos con breves treguas a lo largo de este período.
El cuarto capítulo trata el desenlace de la guerra tras los dos asedios fallidos a Valencia y el estallido de la guerra civil en la propia Castilla, que paralizó el conflicto hasta su definitivo final con el tratado de Almazán de 1375, ya reinando el primer Trastámara, Enrique II. Asimismo, el resto del presente apartado trata las consecuencias de largo alcance que tuvo la guerra, tanto económicas —aumento de la fiscalidad— como políticas —la edad de oro del pactismo y la creación de las diputaciones del general, y otros problemas que surgieron desde 1362 hasta la paz definitiva, particularmente en Cerdeña y los intentos de Jaime IV de apropiarse de los antiguos dominios de Jaime III.
Cierra la vida del Ceremonioso el quinto y penúltimo capítulo, que narra las dificultades políticas que el rey Pedro hubo de afrontar en su última década de reinado: la reanudación de los problemas en Cerdeña con los Arborea y la amenaza angevina, la pérdida definitiva de los dominios de Atenas y Neopatria a manos de los Acciaiuoli, la equidistancia entre los papas cismáticos en el contexto del Cisma de Occidente, la convocatoria de Cortes Generales en Monzón (1375-1376 y 1382-1384) y los problemas que las rodearon. En su faceta más íntima, familiar y personal tenemos, asimismo, el casamiento con su cuarta esposa, Sibila de Fortiá, y el distanciamiento con sus hijos, sobre todo con primogénito y heredero Juan, que mantuvo hasta su muerte en 1387.
Por último, el sexto capítulo trata los aspectos socioeconómicos y culturales que hicieron acto de presencia en el largo reinado de este soberano. Belenguer, así, cierra el recorrido empezado en 1319 con una breve reflexión acerca de las circunstancias que a la hora de hacer historia política parecer ser invisibles, pero están ahí. Las últimas páginas del libro las dedica a hacer una radiografía de la economía de la Corona de Aragón en su vertiente comercial, financiera, agropecuaria y urbana; a describir la sociedad estamental y las minorías frecuentemente perseguidas; y a desentrañar al rey Pedro mecenas de las artes y productor de cultura.
Sin duda, el profesor Belenguer ha sabido conjugar la explicación rigurosa del pasado propia del oficio del historiador con un estilo ameno e impecable; no ha despojado a la historia de su esencia poética, como dijo Marc Bloch, haciendo un relato científico, basado en evidencias historiográficas y en fuentes, y al mismo tiempo agradable de leer, atrayente y con ciertos toques novelescos que animan a seguir leyendo página tras página. La amenidad, ayudada de la brevedad de los apartados internos de los capítulos, está unida a la solidez del trabajo, fruto de una gran recopilación de bibliografía que incluye tanto trabajos ya publicados en las últimas décadas, como fuentes históricas —particularmente Zurita y la propia crónica de Pedro IV el Ceremonioso— citados profusamente en las páginas del texto.
A este respecto, el de la bibliografía, es asimismo destacable la gran variedad de autores y temáticas tratadas; el autor no es seguidor de una sola obra y reiteradamente emprende comparaciones entre opiniones de diversos autores sobre una misma cuestión, o bien interpretaciones que han surgido sobre las fuentes primarias del reinado, como la Crónica o el episodio de Francesc de Vinatea, lo cual enriquece el saber histórico contenido en el texto y anima a consultar esas obras con el fin de que el lector se informe en mayor profundidad. La gran amplitud territorial de la Corona de Aragón en este momento —los reinos de la Península Ibérica, Cerdeña, Sicilia (en este último territorio solo tenía fuertes influencias pero no el control directo)— se ve bien reflejada en el libro tanto por la diversidad de autores de distinta procedencia (los hay catalanes, por ejemplo, Flocel Sabaté y María Teresa Ferrer; valencianos, como Antoni Furió y José Hinojosa; aragoneses, entre otros Carlos Laliena y Mario Lafuente; mallorquines, como Josep F. López; italianos, verbigracia Francesco Casula, etc.) como por el tratamiento pormenorizado de los territorios en diferentes cuestiones (véase el caso de la creación de las diputaciones del general o el recorrido de la pandemia de peste negra en 1348), de los que carecen la mayoría de obras.
Otro aspecto reseñable es la perfecta sintonía y equilibro que subyace a lo largo de toda la obra entre la biografía y el reinado. El polifacético Pedro IV fue, antes que rey, hijo, padre, hermano y esposo; el autor se esfuerza por anteponer esta imagen a la del hombre con corona sobradamente conocida, sometiendo a análisis también su personalidad. Así, se nos describe un monarca con tintes autoritarios que intentó en todo momento imponerse a las adversidades que se le presentaban, de las que no siempre pudo salir airoso. Un monarca que tenía, a fin de cuentas, como toda persona, una familia y amistades, de cuya relación también da buena cuenta Belenguer, con sus conflictos y vicisitudes. Y más allá de las recurrentes circunstancias familiares que son objeto de análisis en cualquier obra biográfica, también se profundiza en el lado intelectual del monarca, impulsor de traducciones de clásicos en la cancillería pero también escritor, como demuestran los comentarios salidos de su puño y letra de las Ordinacions de la Casa i Cort y algunos versos que compuso, por citar algunos casos.
La última virtud del libro que destacamos es la inclusión dentro de la obra de apartados dedicados por entero a aspectos más allá de lo político, esto es, guerras, reuniones de Cortes, diplomacia, etcétera. La sociedad y la economía son dos aspectos indisociables del devenir político, porque unos influyen sobre el otro y viceversa, y normalmente quedan arrinconados en las obras de temática política en el mejor de los casos, o bien son sistemáticamente excluidos y olvidados. En su obra, Belenguer insiste en tratar a menudo estos temas en el libro, relacionados fundamentalmente con la fiscalidad y la obtención de fondos para sufragar las costosas campañas militares que emprendió el rey a lo largo de su vida. Y, al final de esta, en el capítulo sexto se realiza una síntesis de estos aspectos no políticos —la socioeconomía y la cultura— a lo largo de las cinco décadas de reinado de Pedro el Ceremonioso, que pone al lector en el contexto en que vive el rey en los años centrales del Trescientos.
Hay que hablar igualmente, sin embargo, de los defectos —pocos— que tiene el libro, que nosotros en particular atribuimos a los apéndices complementarios. Echamos en falta mapas que ilustren de forma más detallada el contexto político europeo en general y de la Corona de Aragón en particular, o de cómo ambos evolucionaron a lo largo de los 51 años de gobierno del Ceremonioso. O, por otra parte, la ausencia de figuras o recursos cartográficos que apoyen la explicación de fenómenos de gran calado, tales como la peste negra, en el caso de las revueltas unionistas qué ciudades o señoríos se alinearon contra el monarca o, para el caso de la «guerra de Castella», la evolución de los frentes y las conquistas significativas. En segundo lugar, en cuanto al índice final del libro que reúne nombres de personas, topónimos e historiadores citados, creemos hubiera sido mejor dividirlo en tres apartados diferentes atendiendo a su naturaleza —es decir, índice onomástico, índice toponímico e índice de autores, por ejemplo— para facilitar todavía más la consulta pormenorizada del libro.
Conclusiones
Este libro es recomendable no solo para el estudiante de grado, sino también para el público más general e interesado en la Baja Edad Media en general, o en la Corona de Aragón más en particular. Así lo permite la sencillez con que está escrita obra, su vocabulario accesible y el estilo del autor a los cuales aludíamos antes. El lector encontrará en él un relato actualizado y atractivo que facilita su divulgación, objetivo último este de cualquier investigación científica que, por desgracia, no siempre es posible alcanzar. Y lo que es más importante: aquel que lo lea verá cómo las circunstancias políticas se imbrican en procesos socioeconómicos de mayor magnitud y alcance, cosa que no se suele transmitir en las historias de las monarquías, y mucho menos en las biografías.
La vida y el reinado de Pedro IV el Ceremonioso se convierte, así, en una narración con sentido completo. Centrándose, obviamente, en las tribulaciones políticas, Belenguer no trata como simples apéndices de una corona la vida de su depositario y los conceptos y procesos que suceden en el campo de la economía, la sociedad y la cultura, sino que los entrelaza continuamente en cada capítulo, creando un todo en el que se comprende de forma óptima quién fue Pedro IV, cómo vivió y, por supuesto, cómo reinó.
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