«¿Fue el Marne una batalla decisiva? ¿Acaso un milagro? Estas y otras preguntas se analizarán sobre la base de la documentación francesa, alemana y británica.» Así es como finaliza la sinopsis de este libro sobre la batalla del Marne que vamos a analizar. No quiero adelantar nada, pero, no tiene desperdicio alguno. Como espero convenceros, esta es la extraordinaria opera prima de Ismael López Domínguez.
Ficha técnica
- Título: La batalla del Marne
- Autor: Ismael López Domínguez
- Editorial: HRM ediciones
- Año: 2022
- Género: Historia | Historia contemporánea | Primera Guerra Mundial
- Nº de páginas: 411
- ISBN: 978-84-17859-48-0
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La editorial
La editorial HRM Ediciones tiene sus orígenes en el campo de la divulgación, concretamente, el de la Historia militar, que actualmente tienen su actividad en redes sociales en las cuentas de @HRMilitaris y/o @BookstoreHrm.
Sus fundadores decidieron dar un paso adelante y forjarse un nombre en el importante mundo editorial, donde poder publicar los trabajos de muchos historiadores y divulgadores de la Historia Militar. En esta labor, cabe destacar que sus libros contienen multitud de detalles ilustrados, mapas estratégicos, fotografías; todo ello sin sacrificar la narración completa que caracterizan sus libros.
Reseña de la obra
En una brillante demostración de pasión y conocimientos militares, de manera transversal, Ismael López Domínguez (nacido en Valdeobispo, Cáceres, en 1995) ha conseguido, en el que es su primer ensayo publicado, dejarnos claro que hacer otro tipo de historia militar que conecte al público general con la investigación histórico-bélica no solo es necesario, sino posiblemente un gran acierto.
Desde la cultura pop (cine, series, videojuegos, cómics…) hemos visto cientos de miles de representaciones y aproximaciones a la guerra, tanto pasada, presente y, en casos más excéntricos, futura. Si bien este no es el caso del libro de Ismael, aunque le animo a que trate de adaptar todo ese potencial bibliográfico de su opera prima a un formato más casual (ya que las fuentes primarias que hay en su libro tienen un magnífico potencial narrativo que casaría genial con medios audiovisuales y, en especial, videojuegos), la Primera Guerra Mundial, antaño conocida como Guerra del 14, ha contado con una menor representación que períodos anteriores como las Guerras Napoleónicas o, si cabe lugar, el epígono lógico de esta como fue la Segunda Guerra Mundial. De hecho, esta menor representación en la cultura pop ha sido la que me ha hecho llegar más puro a esta obra. Sí, soy historiador, y aunque conozco lo básico sobre las Guerras Mundiales gracias a mi formación, mi campo de especialidad se encuentra a caballo de finales de la Baja Edad Media y el Renacimiento, por lo que esto me ha llevado a descubrir muchos conceptos y hechos que envolvían a una batalla a la cual nunca le había prestado mucha importancia.
Desde luego, la batalla del Marne se ha convertido en mi batalla predilecta de la Primera Guerra Mundial no por amor a la guerra en sí mismo sino por lo bien que su autor ha sabido expresarse para convencerme sobre ello. Ahora lo veo todo con una óptica distinta. Cuando Eric Hobsbawn acuñó el largo siglo XIX ya pensó en la Primera Guerra Mundial como el punto de inflexión que daba fin a su siglo XIX de 125 años (1789-1914) y daba comienzo a su “corto” siglo XX. Parte de esa esencia se puede vislumbrar en la obra de Ismael López Domínguez aunque las motivaciones y puntos de vista no sean los mismos entre estos dos autores; me explico: para Hobsbawn, el largo siglo XIX se había caracterizado por el largo equilibrio de poderes que se fracturó con la Gran Guerra; no obstante, López Dominguez rompe su versión militar del largo siglo XIX desde la perspectiva de que lo que había caracterizado las guerras napoleónicas había sido su gran movilidad y, a partir de la batalla del Marne, este modo de concebir la guerra se resquebraja para siempre. No obstante, este no es el único motivo por el cual Ismael López Dominguez reafirma la importancia histórico-bélica de esta batalla, sino también por haber logrado dar un giro de 180º a la batalla, así como al modo de concebir la hegemonía en el campo de batalla, al haber derrotado a los invencibles alemanes de manera casi milagrosa.
En cuanto a la maquetación, HRM ediciones ha realizado un brillante trabajo. Y, además, de verdad, porque tanto la tipología de la letra de las portada como la imagen a color que adorna la portada y la contraportada, forman un gancho ineludible para cualquier lector aficionado a la historia y, en concreto, a la historia militar. Pero eso no es todo. La maquetación de portada y contraportada, a mi parecer, intentan lanzar un contundente mensaje: mientras que en la portada vemos el lado más atractivo y épico de la guerra –el más visible-, en la contraportada tenemos las bajas y la crudeza de la guerra –el más invisible-.
La estructura de los capítulos se divide en dos partes: el antes (El camino al Marne) y el durante (La batalla del Marne). Igual el tiempo verbal que echamos en falta aquí es el después aunque en cierto modo sí que está –ya hablaremos de eso a continuación-, pero, como suele decirse en esta profesión, eso ya es otra historia. ¿A qué se debe? A pesar de que cuando escribo estas palabras no se lo he comentado a Ismael, pienso que se debe a dos motivos, uno que llamaremos obvio y otro más simbólico: por un lado, una muestra de honestidad, ya que el título del libro dice “La batalla del Marne” y ponerse a desarrollar otras batallas de la Primera Guerra Mundial, que surgen como consecuencia de esta, no son el quid de esta cuestión; por otro lado, darle un carácter finalista, debido a que, como vaticina el subtítulo del libro, esta es la “última campaña del siglo XIX en Occidente” de manera psicológica y material por los buenos motivos que esgrime en su libro.
Por último, me encantaría comentar el que para mí –estoy dispuesto a aceptar que su autor me reclame estas palabras- es el capítulo más importante del libro: el Capítulo 11. El Marne, un lugar en la memoria. Esto se debe al hecho de que, cuando tenemos un libro de historia entre nuestras manos, gastan muchas palabras en explicarnos –algunos con mayor maestría, como en el caso de Ismael López Dominguez, y otros con menos- el relato histórico, pero apuran lo máximo posible un asunto crucial para entender la historia y la imagen que nosotros tenemos sobre ella, es decir, cómo se construye la memoria alrededor de los hechos históricos.
Por lo general, la Primera Guerra Mundial marcó un antes y un después en la historiografía contemporánea debido a la aparición de numerosos testimonios de aquellos que vivieron aquellas batallas y, con dudosa suerte, consiguieron volver al hogar y contar lo que habían visto. Este es el motivo por el que creo que ha sido todo un acierto incluir este capítulo 11. Pero, vayamos por partes.
En el capítulo 11 se vislumbra la discusión que generó a nivel historiográfico y propagandístico esta batalla. Para mi sorpresa, pues hasta el momento en el que pude leerlo, se dudó bastante sobre cómo debían nombrar esta victoria francesa. Que si Campos Cataláunicos, que si París-Verdún o La Marne… En fin, hubo varias propuestas, pero su impacto fue tan grande que hasta pensaron que iba a ser el final de la Guerra del 14. Toda la maquinaria propagandística engrasó sus engranajes para ponerse a bombo y platillo a vaticinar esta batalla como la “victoria decisiva”. Pero como todo lo que sube debe bajar, lo que empezó con los campesinos retomando sus actividades diarias acabó con el globo pinchado de la cruda realidad: todavía estaban en guerra. Sin embargo, no esperaba el apartado que trata la imagen de la Batalla del Marne a través de la prensa española, pero ha sido una grata sorpresa.
Desde luego, Ismael López Domínguez es un autor que no deja que la herramienta –en este caso, las fuentes- guíen su mano –su relato histórico-, pues es calmado, reflexivo e, incluso, no tiene miedo a realizar análisis certeros donde otros simplemente titubearían por no querer meter la pata. A lo largo de todo su libro, que cuenta con geniales ilustraciones, mapas y fotografías, no da puntada sin hilo. Por ello, quedamos a la espera de seguir su brillante trayectoria como lo hemos hecho hasta este momento. ¡La historia de la guerra desde abajo nunca había gozado de mejor salud!