Las reformas que se implementaron en Prusia que empiezan en 1806 y terminan aproximadamente en 1819, deben situarse en el contexto de derrota militar y de cambios fronterizos y de hegemonía política dentro del territorio que antaño comprendía el Sacro Imperio Romano Germánico, fruto de las campañas napoleónicas. Esta es la época de la Prusia reformista.
Prusia se mantuvo neutral en la guerra de la Tercera Coalición contra Francia, la victoria de ésta en Austerlitz y la paz firmada por Austria supusieron un cambio profundo en las fronteras y el poder dentro del Sacro Imperio. Francia pasaba a ser la potencia dominante con la creación el 12 de julio de 1806 de la Confederación del Rhin, que significaba un golpe mortal a la estructura imperial, muerte que simbolizó Francisco I con el decreto del 6 de agosto de ese mismo año disolviendo el Sacro Imperio.
La nueva situación en Alemania que llevó el poder francés a las fronteras prusianas, provocó que Federico Guillermo III y sus ministros decidieran romper la neutralidad y unirse a la Cuarta Coalición contra Napoleón. Prusia pagó caro este paso, y el otrora temido y con fama de invencible ejército prusiano fue derrotado por las tropas francesas en Jena y Auerstadt; y por el Tratado de Tilsit que significaba el fin de la guerra de la Cuarta Coalición, Prusia perdía la mitad de su territorio, debía permitir una ocupación francesa, que duró desde agosto de 1807 hasta diciembre de 1808, y se le imponían fuertes indemnizaciones de guerra (120 millones de francos).
La derrota militar, por inesperada, fue la clave en la voluntad reformista del monarca, ya que la misma evidenciaba las debilidades del modelo absolutista y la necesidad de reformar la administración en especial para conseguir pagar las indemnizaciones. La voluntad reformista del monarca se plasmó en la Declaración de Ortelsburg del 12 de diciembre de 1806, documento escrito por el propio Federico Guillermo III, en el que establecía las causas de la derrota en la mala preparación del ejército, las pocas actitudes del mando y una administración mal preparada; al mismo tiempo anuncia que cada combatiente que se porte con distinción será ascendido a oficial sin tener en cuenta su grado o procedencia social. Este último punto significaba una importante ruptura con la tradición prusiana que reservaba el puesto de oficiales, sólo a las clases nobles.
Federico Guillermo III ( 1770-1840) que reinaba desde 1797, poseía pocas capacidades como gobernante, fue excluido por su padre de las tareas de gobierno, y estaba más interesado por los temas militares y la caza; a pesar de ello fue consciente de la necesidad de reformar la administración y el ejército tras las derrotas militares. Mayor peso tuvo su mujer la reina Luisa de Mecklemburgo-Sterlitz (1776-1810), mujer adelantada a su tiempo, bien educada, amiga de las artes, que tenía interés en los temas políticos, y que fue un punto de apoyo importante para los ministros reformistas frente a la reacción nobiliaria.
Los dos principales ministros y artífices de las reformas prusianas fueron Freiherr Karl von Stein (1757-1831) y Karl Ausgust von Hardenberg (1750-1822) quienes en dos etapas diferentes marcaron el ritmo e intención de las mismas. Los dos coincidían en la necesidad de reformar el estado y la sociedad prusiana, y en rodearse de jóvenes colaboradores que les ayudaron en ello, ambos diferían en la finalidad de las mismas.
Stein que había sido Ministro de Finanzas desde 1804, siendo destituido tras las derrotas de 1806, escribió sus ideas reformistas en 1807 en el Memorial de Nassau (nombrado de este modo porque se escribió en esta ciudad en la que Stein poseía propiedades). En él defiende la necesidad urgente de reformar la forma de gobierno, que pasaba por la creación de un gabinete ministerial, y que el gobierno de las administraciones provinciales y locales se realizara por ellos mismos. Su modelo eran las antiguas constituciones de los estamentos.
Hardenberg, por su parte, fue Ministro de Exteriores desde 1803, consiguiendo la incorporación de Westfalia a Prusia en 1804, así como otros territorios menores en el centro de Alemania. Tras el tratado de Tilsit fue destituido. Se exilia en Riga y allí redacta el Manifiesto de Riga en el que expresa la necesidad de reformar el estado para conseguir una monarquía de tipo británico con libertades individuales y elementos democráticos. También defendía la necesidad de la creación de una Alemania unificada.
Las reformas que iniciaron los dos ministros citados, si bien partían de presupuestos distintos, todas tenían, tal como señala el historiador Thomas Nipperdey, unas características comunes: No pueden entenderse fuera del contexto de la derrota militar y la necesidad de pagar las indemnizaciones de guerra; a pesar de ello todas tocarán los cimientos de la sociedad y del estado prusiano, y entroncan con la tradición reformista de Federico el Grande. Todas tienen la influencia de la filosofía de la Ilustración, en especial de la kantiana, por lo que se alejan de los preceptos franceses que si tendrán las repúblicas y reinos creados por Napoleón en el Rhin. En el aspecto económico seguirán las teorías de Adam Smith, y pondrán en el centro de todas ellas la reforma pedagógica, cuyo objetivo era crear un ciudadano alemán, intención de superar el particularismo prusiano y formar un espíritu nacional alemán.[1] Todas ellas perseguirán un único objetivo, devolver a Prusia el estatus de gran potencia europea, que había perdido tras las derrotas militares frente a la Francia de Napoleón.
Las reformas se irán implementando en mayor o menor medida durante los gobiernos primero de Stein y luego de Hardenberg, algunas las inicia el primero y tienen continuidad con el segundo. Las principales, al ser las que triunfaron, fueron la reforma militar y la pedagógica. Todas levantaron una reacción nobiliaria, que veía amenazados sus privilegios, y será responsable, si bien no el único, del fracaso de la mayoría.
El gobierno de Stein (julio 1807 – noviembre 1808)
Con la derrota y la ocupación militar de Prusia, Napoleón se inmiscuía en los asuntos internos prusianos temeroso de que un gobierno anti francés llevase a Prusia a una nueva coalición contra él. Fue por esta razón, y de forma errónea, que creyendo que Stein era un amigo de los franceses, cuando en realidad trabajaba para una sublevación popular contra la ocupación, que presionó a Federico Guillermo III para que lo nombrase Primer Ministro, cosa que éste hizo el 10 de julio de 1807.
Stein inició su mandato con la intención de reformar la administración y la sociedad prusiana. Su primera medida fue disolver el Generaldirektorium, un sistema de gabinete por el cual el rey consultaba con los diversos ministros de forma separada y con diversas agencia que competían entre sí, lo que conllevaba una duplicidad de funciones y paralización de medidas importantes. Creo un Ministerio de Estado (Staatsministerium) con cinco carteras: Interior, Finanzas, Relaciones Exteriores, Guerra y Justicia, una especia de gobierno central siguiendo el modelo francés de 1791, y un consejo de Estado (Staatsrat) que sólo tenía carácter consultivo para asesorar al rey.
Con ello se creaba un gobierno compacto, se compartían ideas y cada departamento trabajaba en su especialidad, al tiempo que se aumentaba el juicio y el alcance de la autonomía del monarca, si bien éste perdía capacidad de decisión al estar limitado por la opinión de sus ministros y de la burocracia que se empezó a crear a partir de ellos.
Estas medidas se llevaron adelante, pero Stein no pudo convencer al rey para quue firmase el decreto donde proponía que en el futuro todos los decreto reales, sólo serían válidos si llevaban la firma de los cinco ministros.[2]
En cuanto a la administración provincial y local, Stein defendió su idea de asambleas elegidas por los ciudadanos con derechos, que se ocuparían de la administración de la zona, con un Oberpräsident y Regierungspräsident como representantes del gobierno central.
La reforma iniciada por Stein y que más afectó a la sociedad prusiana fue el edicto de liberación de los campesinos y la apertura al libre empleo del 9 de octubre de 1807 (redactado por Theodor von Schön y Friedrich von Schroetter), El objetivo de este decreto era doble, se buscaba la liberación de una mano de obra latente al tiempo que formara una sociedad donde todos los miembros fuesen ciudadanos con iguales derechos ante la ley.
Con el decreto se suprimieron todas las restricciones a la compra de tierras de la nobleza, al tiempo que el estado abandonaba su monopolio de posesión de tierras en zonas privilegiadas, creando un mercado libre de tierras. Al mismo tiempo todas las ocupaciones quedaban abiertas a todas las personas, con lo que se rompían los derechos gremiales y corporativos y se abrió un mercado libre de trabajo. A este decreto se le adjuntó el 11 de noviembre de 1810 la supresión de la servidumbre hereditaria.
No obstante el decreto dejaba algunas cuestiones sin resolver, como era quién y cómo se pagaban los trabajos agrícolas y el pago a los arrendatarios, y como se establecía la propiedad de la tierra para los campesinos. La ordenanza del 14 de febrero de 1808 sentenciaba que la propiedad de la tierra dependía de la situación anterior de arrendamiento. Las otras cuestiones se solucionarían en tiempos de Hardenberg.
Durante su mandato Stein se mostró a favor de una insurrección popular frente a la invasión francesa similar a la que se estaba desarrollando en España, al tiempo que trabajaba para una alianza con Austria. Los franceses interceptaron unas cartas que Stein dirigía a oficiales prusianos en estos términos y Napoleón lo declaró enemigo de Francia. Federico Guillermo temeroso de las represalias francesas lo cesó el 24 de noviembre de 1807.
El gobierno de Hardenberg (1810 – 1819)
Tras la destitución de Stein, Federico Guillermo III nombró Primer Ministro a Karl von Stein zum Altestein, noble conservador que ralentizó las reformas iniciadas por su antecesor. Hardenberg que trabajaba en la sombre y tenía el apoyo de la reina Luisa fue nombrado Primer Ministro el 4 de agosto de 1810, cargo al que unió el de Ministro de Relaciones Exteriores, Interior y Finanzas. Con este poder en sus manos se propuso retomar y profundizar el proceso reformista.
Retomando las reformas de Stein intenta dar solución a las dudas que se habían suscitado con la reforma agraria, y en 1811 se firma el Edicto de Regulación que establece la libertad de los campesinos ofreciendo concesiones a los propietarios. Los campesinos eran libres de abandonar la propiedad del señor, pero sólo conservaban una parte de su propiedad, el resto quedaba en manos del señor, teniendo además que redimir a éste por los quehaceres que los campesinos que se marchaban dejaban de hacer. Ello provocó que tuvieran que endeudarse por lo que vendían sus propiedades ak señor.
La consecuencia principal del Edicto fue el engrandecimiento de las grandes propiedades agrícolas (los Junkers) y llevó a una evolución capitalista de la economía agraria, similar a lo que había ocurrido en Gran Bretaña.[3]Provocó una inmigración del campo a la ciudad ayudando al despegue industrial prusiano.
La principal y más urgente reforma que inicia Hardenberg fue la fiscal, motivada por la necesidad de pagar las indemnizaciones de guerra, que se concreta en el Edicto sobre finanzas del 27 de octubre de 1810. El objetivo de la reforma era la unificación de los impuestos en todo el territorio, la simplificación y sustitución de numerosos impuestos particulares por un impuesto general para toda la ciudadanía, y la igualdad fiscal de todos los ciudadanos, eliminando el privilegio de los nobles que se encontraban exentos. Aunque las pretensiones eran justas finalmente la carga fiscal más importante recayó sobre la población general y más en concreto sobre los campesinos.
La reforma que más deseaba Hardenberg era la creación de una Asamblea Nacional y redactar una constitución de corte liberal. Aprovechando la existencia de la Asamblea de Notables, Hardenberg pretende otorgarle el carácter de Nacional y que trabaje para los intereses de la nación en su conjunto. La Asamblea que se reúne en 1810 con la incorporación de elementos burgueses y campesinos, no cumple las expectativas del Ministro. Los diputados sólo hablan de determinados temas y cada estamento se ocupa de sus problemas, y otros se agrupan por regiones defendiendo problemas particulares.
Una nueva reunión de la Asamblea en abril de 1812 termina con los mismos resultados, por lo que la idea de Hardenberg de convertirla en Asamblea Nacional que le ayudase en implementar sus reformas fracasa.
Similar suerte tuvo sus intentos de redactar una constitución, aspecto espinoso donde tenía la oposición de la nobleza y las reticencias del rey. A pesar de ello se creo una Comisión para redactar la constitución, que avanzaba muy lentamente y finalmente fue disuelta en 1819, fecha que marca el fin del periodo reformista prusiano.
Hardenberg siguiendo la estela de Stein también intentará reformar la administración provincial y local, para lograrlo se publica el 30 de julio de 1812 el Edicto de Gendarmería, por la que establece que la dirección provincial y local se llevaría por asambleas elegidas por todos los ciudadanos de la provincia y municipio, que elegirían un representante, que sustituiría al presidente anterior, que provenía de la nobleza. La reforma introducía la creación de una policía única para todo el país, y eliminaba el cargo de jefe de policía y juez del antiguo presidente nobiliario, por funcionarios nombrados por el gobierno central.
Otra de las reformas que más impacto causó en la sociedad prusiana fue el Edicto sobre la Condición Civil de los Judíos del 11 de marzo de 1812, por el que otorgaba a los judíos la ciudadanía de pleno derecho.
La Reforma Militar
La derrota militar contra Napoleón provocó la necesidad de implementar una reforma en profundidad del ejército. Ya antes de la misma existía un grupo de oficiales jóvenes que la reclamaban, entre los que destaca Gerhard von Scharnhorst un hannoveriano que defendía la introducción del sistema divisional napoleónico y la creación de una milicia territorial como fuerza de reserva.
Tras la derrota, el rey creó en julio de 1807 una Comisión para la Reorganización Militar liderada por Scharnhorst y de la que también formaban parte August von Gneisenau, Hermann von Boyen, Karl Georg von Grolman y Karl von Clausewitz.
La primera medida adoptada fue la creación de un Ministerio de la Guerra y dentro de él se fue trabajando en la formación de un rudimentario Estado Mayor General. La comisión implementó la formación de oficiales y tropa en las funciones básicas de adiestramiento, táctica y armamento.
La principal reforma fue el ascenso por méritos y no por nacimiento, y los aspirantes a oficiales debían pasar por un examen de admisión, aspecto que se concretó con la creación de una Escuela de la Guerra (escuela para preparar oficiales) en 1810.
Se creó el servicio militar universal, y quienes no fuesen recluta pasarían un tiempo sirviendo en la milicia territorial. Se eliminaba el castigo corporal, y se establecía que la principal tarea del oficial respecto a sus soldados era educarlos en ser buenos soldados.
La idea de Scharnhorst era la creación de un ejército regular de 120.000 hombres, como por el Tratado de Tilsit el número máximo era de 48.000, establece reducir el tiempo del servicio militar para que más hombres se puedan adiestrar y sirviendo en las milicias estén dispuestos para el combate. Sus reformas permitieron a Prusia contar en 1812 con 75.000 hombres preparados para el combate.
La Reforma Pedagógica
Una de las reformas que más interesaba a Stein fue la pedagógica que debía servir para crear a un nuevo ciudadano prusiano y prepararlo para servir al estado bien en la burocracia o en empresas privadas.
El hombre al mando de la reforma educativa fue Wilhelm von Humboldt, hermano del famoso geógrafo Alexander von Humboldt. Su primera medida fue crear un sistema único de instrucción pública siguiendo las corrientes pedagógicas en boga en ese momento, que defendían la idea de una educación separada de la idea de preparación técnica o vocacional. El objetivo final era convertir al niño en ciudadano, por lo que la escuela debía instar a los alumnos la capacidad de pensar y aprender por ellos mismos.
Se crearon colegios de formación para los maestros, y un cuerpo de inspección, y un departamento específico para supervisar el modelo educativo, los libros de texto y el aprendizaje de los alumnos.
Humboldt crea en 1810 la Friedrich-Wilhelms Universität en Berlín, cuyo objetivo era educar en procesos de auto emancipación por parte de individuos autónomos y racionales. Se potenció más la investigación y en la reflexión que en la acumulación de datos, y procuró que estuviera libre de interferencias públicas.
La reforma pedagógica fue la que más éxito tuvo y se mantuvo intacta tras la ola conservadora que seguirá tras el Congreso de Viena.
La reacción nobiliaria
Las reformas iniciadas tanto por Stein como por Hardenberg provocaron la reacción de la nobleza que veía amenazado su estatus como clase dominante dentro de la sociedad. La cabeza visible de este movimiento fue el noble Friedrich August von der Marwitz (1777-1837)quien en 1811 escribía el Memorando de Lebusser donde defendía el viejo concepto de propiedad de los terratenientes, ya que temía que la burguesía urbana o los bancos se hicieran dueños de las propiedades desplazando a los aristócratas pobres comprando sus tierras. En su opinión la propiedad ancestral de la tierra era la base del poder de los Hohenzollern.
Se mostraba en contra de las reformas militares y administrativas por considerar que correspondía a la nobleza ostentar el cargo de oficial y de juez y presidente de los distritos provinciales y locales.
La reacción nobiliaria frenó las medidas reformistas constitucionales y parte de las administrativas, en especial tras el Congreso de Viena y con la llegada de Federico Guillermo IV al poder. Esta reacción permitió la consolidación durante mucho tiempo en la historia de Prusia primero y posteriormente de Alemania del poder de los Junkers no sólo en el mundo agrícola, sino también en la política.
Fdd. José Miguel Villaroya (@jmvillaroya)
Bibliografía
- Botzenhart, Manfred: Reform, Restauration, Krise. Deutschland 1789-1847 Frankfurt, Suhrkamp, 1985
- Clark, Christoph: El Reino de Hierro Madrid, La Esfera de los Libros, 2016
- Gall, Lothar Hardenberg: Reformer und Staatsmann Munich, Piper, 2016
- Kerautret, Michel: Histoire de la Prusse Paris, Seuil, 2005
- Koselleck, Reinhardt: Preussen zwischen Reformund Revolution Stuttgart, Piper Verlag, 1967
- Nipperdey, Thomas: Deutsche Geschichte 1800-1866 Munich, Piper Verlag, 1986
- Ritter, Gerhard: Freiherr von Stein: Eine politische Biographie Munich, Fischer Verlag, 1983
[1] Nipperdey, Thomas: “Deutsche Geschichte 1800-1866”, pag 33-5
[2] Clark, C: “El reino de Hierro”, pag 397
[3] Kerautret, M:”Histoire de la Prusse”, pag 296