¡Cuán defenestrada y alabada ha sido la Edad Media! Este posiblemente sea el periodo más idolatrado —y más oscurecido— por muchos colectivos en los últimos doscientos años. La Ilustración, más tarde el liberalismo, luego el romanticismo, el socialismo… Todos ellos han arrojado luz sobre el pasado con una vela distinta. Y todos desde el denominador común del presentismo y tamizado por los intereses políticos o los prejuicios que imperaban en ese momento.
Ficha técnica
- Título: Edad Media y medievalismo
- Autor: José María Monsalvo Antón
- Ciudad: Madrid
- Editorial: Síntesis
- Año: 2020
- Número de páginas: 374
- Idioma: castellano
- Encuadernación: tapa blanda
- ISBN: 978-84-1357-044-0
La Editorial
Síntesis una editorial, según la misma descripción que dan de sí mismos, independiente de libros académicos y técnicos fundada en 1986, por y para estudiantes, docentes y profesionales. Desde entonces, una gran cantidad de obras han sido publicadas de la mano de esta editorial.
En concreto, en lo referente a publicaciones de historia destacan por <<Los espacios de la muerte en Roma>> de Miguel Requena y otra sobre mayor actualidad que se llama <<Europa (1945-2021): fortalezas y debilidades de un proyecto global>> de Pilar Folguera.
Reseña
El presentismo y la manipulación política son las principales razones por las que José María Monsalvo Antón, medievalista y catedrático en la Universidad de Salamanca, ha escrito Edad Media y Medievalismo: reivindicar una Edad Media desde el medievalismo profesional, un tiempo alejado de las brumas de la fantasía y las visiones oscurantistas y generalistas. Aparte, también ofrece guiar al lector —en este caso fundamentalmente el estudiante de grado— en la evolución de la disciplina medievalista desde el nacimiento de la ciencia histórica, allá por el siglo diecinueve, y una serie de herramientas (recursos, consejos) y conocimientos destinados a facilitar la tarea investigadora del iniciado.
Así, podemos diferenciar dos partes dentro del libro. Una primera parte dedicada a la evolución del concepto de «Edad Media» y su percepción en épocas posteriores (introducción y caps. 1 y 2). Y otra, más extensa, donde se exponen las fuentes que el historiador tiene al alcance para el período medieval, cómo usarlas y cómo se han usado (caps. 3 y 4) y, finalmente, el recorrido que el medievalismo profesional ha trazado desde mediados del siglo diecinueve hasta hoy (caps. 5-7). Anexos el lector puede encontrar una serie de textos y recursos dispuestos para profundizar en las materias tratadas y ofrecer al estudiante deseoso de conocer la época medieval una serie de recursos —casi todos al alcance de un clic— para su formación y vida académica. Veamos cada capítulo pormenorizadamente.
La introducción (en la que se incluyen, claro está, los objetivos y el porqué del libro) y el capítulo primero tratan, como ya decíamos antes, el concepto mismo de «Edad Media» desde el punto de vista histórico, es decir, sus límites temporales y geográficos, así como la miríada de lentes con las que, a lo largo de la historia, desde el siglo xv hasta hoy, se han apreciado los siglos medievales (el humanismo, la Ilustración, el marxismo, el liberalismo, los nacionalismos y el romanticismo, la cultura de masas) visibles tanto en novelas como en películas, series, videojuegos, el ideario político, las ideas a pie de calle, etcétera.
El capítulo dos se dedica a rescatar este periodo de la defenestración a la que continuamente se ve y se ha visto sometida, presa de prejuicios y falsas creencias generalizadas desde hace décadas, y que en parte los productos culturales, literarios y audiovisuales, han contribuido a extender. Hay razones para apreciar el período medieval, tanto por sus logros como por su herencia prolongada hasta hoy; el autor, en concreto, aporta siete: (1) el papel de la Iglesia en la preservación de la Antigüedad y uniformidad de Europa Occidental; (2) el dominio del entorno que permitió extender los cultivos como nunca antes y erradicar prácticamente el hambre entre los siglos xi y xiii; (3) el feudalismo, las ciudades y su papel en la formación del capitalismo; (4) la aparición de un modelo de familia nuclear y patrilineal vigente todavía; (5) el comienzo de la formación de los estados actuales; (6) la creación de arte y patrimonio muy valioso, en la cúspide del cual se encuentran las catedrales; y (7) la creación de un gran volumen de obras en lengua vernácula (sin desaparecer el latín) cuyo eco se oye incluso hoy.
Los capítulos 3 y 4 definen la fuente histórica, la clasifican según su tipología en una extensa y sintética tabla y, por último, se desarrolla una explicación sobre los tipos más importantes (crónicas, arqueología, literatura latina y vernácula, textos jurídicos, documentos de carácter económico, etc.).
Los tres últimos apartados, finalmente, desarrollan la estela seguida por los investigadores desde el auge del historicismo y el positivismo, en la segunda mitad del Ochocientos, hasta la actualidad, pasando por las aportaciones de Annales y el marxismo. Cada uno de los cuales concluye, a forma de apéndice, con el medievalismo español en cada una de las etapas —de los albores del siglo xx a la Guerra Civil, durante el franquismo y desde la Transición a la actualidad— aportando nombres y estudios reseñables.
Cierra la obra las conclusiones del autor, reflexión sobre el futuro de la historia en general en el mundo digital en el que nos encontramos y el papel del historiador y su labor en estos tiempos.
Pueden destacarse muchas virtudes de este libro. En particular, la claridad en la redacción y las continuas referencias que pueblas sus páginas, que orientan al lector a bibliografía más especializada. También, pensando en el neófito, la incorporación de textos anexos y recursos para iniciarse en la investigación (revistas, compendios, libros, manuales, grupos de investigación, etc.) muy diversos.
Es asimismo destacable el esfuerzo del autor en poner al día el estado de las investigaciones sobre la Edad Media, aunque sea de forma general, tanto en Occidente como, en particular, dentro de España. Si tuviésemos que señalar algún aspecto negativo —costaría, sin duda— o mejorable, echamos en falta, en los apartados dedicados a las fuentes, exposiciones acerca de la metodología histórica centrada en la Edad Media, es decir, cómo aplicar el conocimiento de las fuentes en una investigación como las que describe en los capítulos versados en historiografía.
Recomendamos, en fin, este libro a cualquiera con interés en adentrarse en el fascinante mundo de la ciencia histórica, sobre todo para el medievalista, como resulta obvio. Aunque es asequible para cualquiera que desee conocer más, teniendo en mente sobre todo los contenidos del primer y segundo capítulos. El estudiante interesado en un futuro en escribir una tesis centrada en la época del Medievo debería tener, sin duda, este libro como pieza de referencia.
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