Los hijos prodigiosos del Reich
En este artículo me basaré en un ensayo donde se expondrá una serie de causas y motivos, por los cual, Hitler relevó de sus funciones a los que eran sus comandantes más brillantes, por no decir, los más protegidos por su figura. Ante todo, esto, cabe decir que Rommel y Guderian, están considerados como de los mejores comandantes que haya tenido el conflicto. Cabe decir que, por mi parte, sin negar las aportaciones teóricas y prácticas de estas dos grandes figuras. Hay que señalar que están un tanto mitificadas.
Guderian desarrolló todo el aparato organizativo, aprendiendo de las bases de los planteamientos de la guerra de maniobras de von Seeckt dando lugar a lo que conocemos como “Blitzkrieg”, “Guerra Relampago”, que consiste en la doctrina militar que agrupa una serie de divisiones acorazadas, infantería, motorizados, aviación y artillería para dar un golpe decisivo al enemigo en un ataque decisivo y aprovechar la ventaja de la iniciativa conquistando objetivos militares antes de que el enemigo se recupere.
La primera vez donde vemos la Blitzkrieg en todo su apogeo, es en la Batalla del Sedán de 1940. Donde las divisiones panzer, habían aprendido todos los errores en el frente polaco, para conformar unidades conectadas mediante operadores de radio para movimientos coordinados. El golpe decisivo al ejército francés, conllevo a una penetración sin detenciones, momentos en el que el ejército francés no podía reaccionar.
Rommel por su parte, no inventó nada nuevo, todo hay que decirlo. Fue un general más dado a la guerra ofensiva, como Guderian. No es raro señalar que Rommel fue un ávido lector de Napoleón o Julio César, generales que optaban por la iniciativa y la improvisación de los planes, antes que las grandes planificaciones estratégicas. Rommel a falta de recursos, se labró su reputación en el norte de África, al aplicar una serie de ofensivas imposibles y hacer retroceder a los británicos hasta Egipto.
Entre el mito y la realidad
Si algo tienen en común Guderian y Rommel, es que eran militares de los nuevos tiempos, que no pertenecían a la vieja aristocracia prusiana, caracterizada por tener el monopolio de los asuntos militares germanos. En el periodo de entreguerras, Rommel ya era un militar muy destacado, cuyas obras fueron leídas por Hitler, a quien el propio Rommel admiraba.
Hitler y Rommel se reunieron, ya que ambos compartían puntos de vista en lo que a la política y el ejército se refiere. No hay que hacer caso al mito historiográfico que afirma que Rommel y Guderian eran apolíticos, ni mucho menos, ya que ambos compartían una visión común sobre la dirección del Tercer Reich. Tan solo remarcar que, aunque no pertenecían al Partido Nacional Socialista, no estaban alejados de la visión de Hitler.
Esta cercanía labró, a Guderian y Rommel, un futuro brillante que los catapultó a las altas esferas, sobre todo a Rommel, ya que, tras la exitosa campaña en Polonia, Hitler le ofreció el privilegio de escoger que división panzer quería liderar en la Batalla de Francia, escogiendo la Séptima.
La reputación de Rommel era bien conocida durante la Segunda Guerra Mundial. Tanto alemanes como británicos, gracias a la propaganda ampliamente difundida, que impulsó su leyenda personal.
Comparto la postura de que es difícil hoy, separar la figura propagandística de la real en el colectivo popular. Da igual cuanto hablemos de su figura desde la historiografía, ya que estas versiones juntas, han dado lugar a una figura mitológica muy extendida entre el público de la Segunda Guerra Mundial.
Young fue uno de los autores que “blanqueó”, por así decirlo, comandantes como Rommel y Guderian, diferenciándolos como buenos alemanes apolíticos y amantes de la paz de los malos alemanes nazis y amantes de la guerra.
Por supuesto, durante la Guerra Fría, la alianza de Estados Unidos y Reino Unido para con la Alemania Federal condujo al proceso de refundación de las fuerzas armadas alemanas. Esto hizo necesario todo un proceso propagandístico que pretendía rescatar comandantes alemanes que antes habían servido al Tercer Reich, pero desvinculándolos de la figura de Hitler.
A esto se suma la exaltación del Frente de África vista por los británicos, como una “guerra entre caballeros”, mitificando el frente, y vislumbrando al oficial alemán, como un hombre respetuoso, noble y apolítico. Es decir, un buen alemán. El propio Patrick Major, en “Nuestro amigo Rommel” de 2008, actual profesor de la Universidad de Oxford nos relata cómo Rommel se había convertido en un mito de la cultura pop de la postguerra.
Patrick Major criticó a Young aclarando que este se entrevistó con los familiares y cercanos a Rommel, dando lugar a una visión positiva hacia una postura favorable a Rommel. Por poner otro ejemplo, Guderian, que se salvó de ser ajusticiado en los Juicios de Nuremberg bajo un lavado de cara y que su perdón fue duramente criticado por países como Polonia y la URSS donde se tenía constancia del asesinato a sangre fría de civiles de ambos países perpetuados por el padre de la Blitzkrieg.
Estados Unidos acabó liberándolo en 1958, y asignándole un puesto de consejero táctico para el Bundeswehr, el nuevo ejército alemán de la República Federal. En “Recuerdos de un Soldado”, culpabiliza a Hitler de los errores de la guerra, y sirvió como fundamento para que la historiografía, dando paso a un relato positivista de un Tercer Reich liderado por un loco, y unos oficiales alemanes “buenos” que veían su talento desperdiciado por las malas decisiones del austríaco.
Guderian y su caída.
Heinz Guderian fue una persona muy distinta a la de 1914 y 1918, de aquel joven que lideró la 5º División de Caballería y que participó durante la Guerra de Verdún, donde vivió en sus carnes el horror de la trinchera y que los soldados esperaban su turno de carga como si fueran cerdos directos al matadero. Se podría decir que fue uno de los discípulos teóricos de los visionarios Liddell Hart y Mijail Tujachevsky.
Sus estudios, en el campo de pruebas de la URSS, acabaron por ayudarle a implementar la optimización de las comunicaciones por radio de las unidades blindadas y desarrollando los conceptos de la Guerra Relámpago. A diferencia de Rommel, Guderian no era cercano a Hitler, pero su visión moderna de la guerra le hizo granjearse su gratitud y fue catapultado dentro de las esferas militares.
En Europa Occidental, la Blitzkrieg del general Guderian consiguió someter a un rival como Francia en un tiempo récord y cerrar el frente occidental por tierra, dejando ver a Hitler que sus teorías de la guerra eran acertadas, y en 1941, este concepto de la guerra sería usado por todo el ejército alemán que invadió la URSS en 1941.
En la Operación Barbarroja, su Guerra Relámpago consiguió embolsar millares de unidades soviéticas, donde el Ejército Rojo perdió millones de soldados en apenas meses. La polémica vino con la orden de Hitler de detener la marcha hacia Moscú al terminar la Batalla de Smolensk, cuando asustado movilizó a las unidades panzer del Grupo Centro para ayudar al Grupo Sur a eliminar la Bolsa de medio millón de soldados soviéticos atrapados en Kiev.
Guderian criticó esta decisión, acusando de que la Operación Barbarroja se perdió a causa del retraso de Kiev, y de la orden de Hitler de detener el avance. Estamos entrando en uno de los momentos más controvertidos y debatidos del conflicto. En defensa de Hitler, que sin mencionar que la operación, planeada por el Alto Mando Alemán, en mi opinión, fue desastrosamente improvisada, tuvo que escoger una decisión coherente.
Kiev era un flanco que podría permitir a Budionni contratacar y romper el frente. Basándose en experiencias, Hitler, dispuso que lo razonable era eliminar los flancos. Los panzer alemanes del centro, estaban exhaustos tras duros combates de dos meses, y en 11 días de ofensiva tras completar el cerco de Kiev, los panzer llegaron a mitad de camino de Moscú con la Batalla de Briansk y Vyazma.
En el centro, el Ejército Rojo estaba muy debilitado. En cambio, en el sur, el ejército era mucho más fuerte, pero Semyon Budyonny, favorable a la defensa estática, no tenía ningún interés en atacar el frente sur alemán, al contrario que Zhukov, que fue relegado por Stalin.
Hay que entender que Hitler ni el Alto Mando sabía cual era la situación del Ejército Rojo en el sur, y por supuesto, no sabían nada de las intenciones de Budyonny. Si hubieran continuado hacia Moscú, sin defensas, los soviéticos habrían perdido la ciudad o convertirla en un Stalingrado y ocasionar un infierno a las tropas alemanas, nunca lo sabremos. Pero, a mi opinión, Alemania, tomando Moscú o no, podría estar cerca o lejos de ganar la guerra, no lo sabremos nunca.
Con el fracaso de Barbarroja al no tomar Moscú, Hitler jubiló a Guderian de forma anticipada. Pasó el resto de la guerra como director del Programa de Inspección General de Tropas Panzer, como supervisor de los nuevos tanques alemanes, como el Tiger, el Panther o el Hetzer entre otros. El cese de Guderian, responde a que el frente alemán había dejado de interesarle comandantes ofensivos y que ya no servían para las necesidades del momento. En 1942 se pasó a una Guerra de Desgaste, donde von Manstein y Model, cumplían un papel dualista de ofensivas y defensas exitosas.
Rommel el pesimista
Choca mucho el contraste de los primeros años del deterioro de las relaciones con Hitler a partir de 1943. En el que dos amigos se distanciaron, y Rommel llegó presuntamente colaborar o tener constancia del atentado contra el hombre a quien más admiraba en el pasado. Los tiempos habían cambiado en 1943, y Rommel tras la Batalla de Stalingrado y la derrota en el Norte de África, consideró que la guerra estaba perdida.
El mariscal de campo fue duramente criticado por el mariscal Kesserling por su retirada a Túnez, cediendo todo el terreno a los Aliados. Rommel se defendió afirmando que el Norte de África era indefendible, pero Kesserling era más optimista. Poco después, los Aliados invadían Sicilia y Palermo, por lo que Hitler, escuchó las propuestas de ambos oficiales para prepararse de la inminente invasión de Italia.
Las posturas eran contrapuestas bajo una visión pesimista de Rommel, que aconsejó ceder Italia y retirarse a la Línea Gótica en el norte, donde el terreno era más defendible. Kesserling comunicó a Hitler que la Línea Gustav en el sur de Italia podría contener por mucho tiempo las fuerzas aliadas en lo que se conoce como Operación Todt, y causar una serie de estragos a los Aliados teniendo la geografía italiana a favor de Alemania. Hitler puso a prueba a ambos mariscales dándoles recursos en sus respectivas zonas: Rommel en el norte, y Kesserling al sur.
El resultado fue que Kesserling estuvo en lo correcto. La Línea Gustav había debilitado el avance aliado, y la caída de Italia, se retrasó hasta 1945, es decir, costó dos años a los Aliados llegar a los Alpes. Tras esta prueba, Hitler consideró que Rommel no estaba capacitado para tomar decisiones, y sin relevarle del mando, le exilió a la costa de Normandía con un mando estático, que no podía tomar decisiones propias sin el consentimiento de Hitler.
Rommel perdió el favor de Hitler, y se sabe que, en 1944, cuando Rommel buscaba entrevistarse en persona con el Fürher, éste se negaba, hasta tal punto que ni si quiera le cogía el teléfono. En 1944, Rommel no podía tomar decisiones, apartado en el Muro Atlántico y bajo supervisión de su superior von Rundstedt, que tenía mejor peso de mando que él.
Conclusión
Rommel y Guderian, con sus logros personales y sus errores como militares, fueron un arma propagandística en tiempos de guerra, y al terminar esta. Lejos de poder desmitificar sus figuras para llevar al papel lo que fueron en la realidad, hay que entender que se esconde cierta complejidad en su toma de decisiones que contrasta con la optimista versión idealizada, de la historiografía británica.
Bibliografía
- Joan Pastrana (2007); «Guderian, el padre de la Guerra Relámpago«, Revista Historia y Vida Nº475
- Major, Patrick (2008); «Our friend Rommel: The Wehrmacht as ‘Worthy Enemy’ in Postwar British Popular Culture.
- Mario Loizu, Clío Biografías. Líderes Militares, II Guerra Mundial, “Heinz, el Relámpago Guderian”
- Young, Desmond (1950); «The Desert Fox»
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